lunes, 28 de junio de 2010

¿Qué es el enojo?


El enojo es una emoción muy fuerte que estimula una acción agresiva. Es una reacción fisiológica y psicológica al dolor, el sufrimiento, la amenaza o el peligro. La amenaza puede ser real o imaginaria.


Las personas tienen sensibilidades, deseos y necesidades sociales. Cuando no se las satisfacen o se afectan, nos sentimos frustrados. Y la frustración es la “madre” del enojo y la agresión.
Podemos ver muchos ejemplos de enojo cuando las personas no aceptan nuestra opinión, si el bebé llora constantemente o si nos agobia la fatiga, si alguien nos lastima o insulta, etc. etc.


La sensación de enojo y las emociones no constituyen un problema ni un factor negativo. Lo que importa es cómo hacemos frente y expresamos nuestro enojo.
En muchos casos el enojo nos fortalece y nos motiva para solucionar los problemas. Y por el otro lado, el enojo nos puede volver irracionales y así decir cosas que jamás tuvimos la intención de expresar.

Varias maneras de expresar el enojo
Cada persona tiene un estilo distinto y por ende una respuesta diferente al enojo.
Para algunos el enojo no representa un problema, se enojan, resuelven el problema relativamente rápido y ya pasan a otra cosa.
Están los que hablan del enojo o que se enfrentan a la causa.
Y están los que expresan su enojo por medio de actividades que los calman, como el ejercicio físico, deportes y actividades similares.
Por el contrario, para otras personas el enojo constituye un problema al que no logran enfrentar. El enojo puede llevar a la frustración, depresión, ataques de rabia o situaciones estresantes.


Como podemos ver, el enojo no es un problema en sí mismo y lo más importante es cómo le hacemos frente.


¿Qué situaciones originan un sentimiento de enojo?

Son muchas las situaciones que originan un sentimiento de enojo. Por ejemplo, los adolescentes son más susceptibles a expresar sentimientos de enojo y arranques de ira. Los cambios hormonales y la gran presión tienen un efecto significativo.
Otras situaciones que llevan al enojo:
• Fatiga
• Hambre
• Cambios hormonales
• Enfermedad
• Dolor físico y crónico
• Insultos, agravios


El enojo y su efecto sobre el organismo

El enojo reprimido puede afectarnos física y mentalmente. Cuando nos enojamos el organismo se prepara para un cambio: Aumenta la presión arterial, se aceleran los latidos cardíacos, se produce una gran cantidad de adrenalina, se dilatan las pupilas y se movilizan otras funciones físicas, según se requiera.
Si reprimimos nuestro enojo y no lo expresamos, podemos afectar a nuestro organismo.
Además del daño físico, también sufrimos daño mental y psicológico, en el caso de enfermedad mental, arranques de ira, frustración, ansiedad, etc.

Los niños y el enojo
Los niños son seres emocionales y por ende es importante que expresen su enojo abiertamente. No debemos suprimir su enojo porque de lo contrario estamos suprimiendo su imaginación y creatividad, aunque, por supuesto, debemos poner algunos límites.

¿Qué debemos hacer? ¿Cómo podemos enfrentar el enojo?
Podemos tratar de restringir nuestros arranques de ira todo lo posible, si bien a veces no hay problema si se grita, aunque después tenemos que explicar porqué nos enojamos y empezar de nuevo.
Lo importante es no reprimir el enojo ni permitir que una pelotita se convierta en un enorme balón. Porque cuando estalla, el enojo se convierte en odio.
Y si el enojo no estaba justificado y cometimos un error, debemos saber pedir perdón.


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