martes, 14 de junio de 2011

Diferencia entre el Amor y Deseo


Definir el amor es una tarea más que difícil. Una persona puede amar a su esposo, novio, sus hijos, sus padres, hermanos, mascotas, a su país y a Dios; así como puede querer un chocolate, admirar una puesta de sol, o un equipo deportivo. Definir el amor entre una pareja puede llevarnos a la definición de Robert Heinlein en su libro Extraño en una tierra extraña: "amor es la condición en que la felicidad del otro es esencial para la propia". Ese es el amor de Shakespeare en Romeo y Julieta y en las canciones de amor.

Lo común en el término es el hecho de que quien ama se preocupa por cuidar del otro. Si este concepto no está presente es puro deseo. Por ejemplo un adolescente le dice “te amo” a la novia con un solo fin, conseguir algo a cambio: placer, otros u otras pueden decir te amo para conseguir fortuna, estatus o poder con lo cual llegan a conseguir sus objetivos.


Algunas veces es difícil diferenciar entre el deseo sexual y el amor ya que ambos pueden ser apasionados, lo consumen a uno o una y cambian en su intensidad. Lo que determina la diferencia entre ambos es el sentimiento que subyace a la experiencia.


El deseo sexual se enfoca rápidamente y se libera de igual forma mientras que el amor es una emoción compleja y constante. En el deseo el cuidar al o la otra y el respeto son mínimos, quizás aparecen después de pensarlo un rato o para justificarlo, pero de allí a un sentimiento de amor hay mucha distancia.


El deseo por conocer a la otra persona es definido en maneras físicas o sensuales, no de manera espiritual, el fin se consigue casi de inmediato. Mientras que el amor incluye un apasionado deseo de unión sexual y primordialmente respeto por la otra persona. Sin el respeto y el cuidado hacia la otra persona la atracción es una imitación de amor.


El respeto permite valorar la identidad e integridad de la otra persona previniendo de que se le llegue a explotar de una manera egoísta. En el
Arte de Amar, Eric Fromm habla de que los que aman se convierten en uno pero continúan siendo dos. Además, dice Fromm que quien ama desea que la persona amada crezca y se desarrolle para su propio beneficio.